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  1. Surrealismo y Psicoanálisis

Como psicoanalista, llevaba a cabo en el verano de 2020 una pequeña iniciativa  con artistas de diferentes partes del mundo, bajo el nombre de ‘Unconscious & Arts’, con el objetivo de enfatizar la relación entre arte, inconsciente y psique.

Entonces,  invité a la Dra. Lourdes Cirlot, a que me escribiese una nota sobre arte surrealista

Quiero agradecer sinceramente a la Profesora Cirlot, que con su generosidad me brinda estas ricas líneas en torno al personaje de Gradiva y la influencia que tuvo, primeramente en la obra del Dr. Sigmund Freud y después entre artistas surrealistas como Bretón, Masson o Dalí.

Psicoanalista,  práctica privada Madrid
Bienestar Psicoanálisis

Gradiva: la que avanza

El estudio realizado por Freud en torno a la novela de Wilhelm Jensen, Gradiva, desencadenó un especial interés por parte de los surrealistas. En un primer momento fue el propio ensayo de Freud el que ellos admiraron, pero enseguida se percataron de que en realidad les atraía mucho más el texto literario del novelista alemán. André Breton describiría a Gradiva en Vasos Comunicantes a través de una cita tomada del propio Jensen que dice: “Y levantando ligeramente su vestido con la mano izquierda Gradiva Rediviva Zoë Bertgang, envuelta por la soñadora mirada de Hanold, con su paso flexible, tranquilo, bajo la luz solar de las losas, caminó hacia el otro lado de la calle.”

La obra trata de un arqueólogo alemán, Norbert Hanold que, al estudiar un bajorrelieve clásico, se obsesiona con la mujer que camina, en él representado. Sueña con ella en repetidas ocasiones y le da el nombre de Gradiva, porque su paso decidido y firme se parece al del dios Marte, Mars Gradivus.

Fueron varios los artistas surrealistas que tomaron este tema como punto de partida para llevar a cabo sus obras pictóricas. Entre ellos cabe destacar a Dalí que identificó a Gala, su musa, con Gradiva.

Tal fue el impacto de este personaje de ficción en el ámbito surrealista que Breton abrió en 1937 en París una galería de arte contemporáneo a la que llamó Gradiva.

Quizás de todas las pinturas más importantes, dedicadas a este personaje, haya que resaltar la de André Masson, La metamorfosis de Gradiva del año 1939. En esta obra puede verse cómo una mujer pétrea da lugar a una imagen de mujer real. El artista tampoco se inspiró en el texto de Freud, sino en el de Jensen. Pinta al personaje con un pie adelantado, yuxtaponiendo el cuerpo de mármol al de carne de verdad; pinta también la erupción del Vesubio, las abejas y la grieta en el muro, tal y como surge en la novela.

André Masson, La metamorfosis de Gradiva

André Masson, La metamorfosis de Gradiva

Es importante señalar que Gradiva puede entenderse como un nuevo mito que hace referencia a una nueva mujer, la que avanza. Este hecho no deja de tener un interés profundo, si se entiende en toda su dimensión, en tanto que los surrealistas cambian su percepción con respecto a la mujer. Valorarán cada vez más sus aportaciones y las mujeres artistas, por su parte, ampliarán su repertorio temático, al tiempo que desarrollan sus actividades en diversos ámbitos.

Dra. Lourdes Cirlot
Catedrática emérita
Universidad de Barcelona