Sobre todo para el psicoanálisis, existe el cerebro y la actividad mental consciente e inconsciente.
Mientras que la psicología, es una ciencia del comportamiento y el funcionamiento consciente, más centrada en el cerebro que en la mente.
Igualmente, se distingue entre el pensamiento como actividad y los pensamientos como producto, con su naturaleza y contenidos.
Así, el pensamiento es un fluir constante que puede generar malestar. El psicoanálisis permite mirar el contenido de nuestros pensamientos, además de estimular la reflexión y la creatividad.
Freud y C.G.Jung, hablaran del pensamiento directo y el pensamiento no directo.
Ciertamente, el pensamiento directo es el lógico, el que se lleva a cabo mediante palabras con el objeto de comunicar, que conecta con la realidad externa a la persona, y por tanto, es progresivo.
Sin embargo, el pensamiento no directo, trataría con imágenes, fantasías, sueños, asociaciones, regresa al mundo interno para cumplir deseos, tiene que ver con lo inconsciente y es regresivo.
Además, el psicoanalista W. Bion, indicaba, que el «aparato de pensar» se va constituyendo con los pensamientos desde la infancia en la experiencia emocional con la madre. En esta asimilación de pensamientos por parte del bebé, la función de contención y devolución materna «reverie», tendrá una relevancia extraordinaria.