A continuación, se describe de forma esquematizada cómo se lleva a cabo la terapia psicoanalítica.
Sobre todo, aliviar el malestar y los conflictos, entendiendo las causas profundas que los producen, y no solo sus síntomas, mediante el conocimiento de uno mismo
Por consiguiente, el psicoanalista promueve la introspección personal del consultante para que aumente su autoconocimiento, haciendo «consciente lo inconsciente» contenido en su mundo interno, generalmente fuente de conflictos.
Así, los participantes son el consultante o analizado y el terapeuta psicoanalítico.
En relación con ello, la terapia trascurre a lo largo de varias etapas.
- En primer lugar, hay que solicitar una primera entrevista con el psicoanalista, donde se escucha el caso a consultar de forma persona, y se evalúa la idoneidad y motivaciones para empezar.
- Después, una vez admitido el consultante a la terapia, esta, se desarrolla a lo largo de sesiones de psicoanálisis a una frecuencia determinada
- Por último, tras alcanzarse los objetivos terapéuticos, se procede de forma consensuada, a poner fin a la terapia, aunque pueda reabrirse en otro momento
Ciertamente la respuesta a esta cuestión es variable, ya que se atiende a cada persona por su singularidad, y sin basarse en protocolos de “café para todos”.
Entonces, dependerá de la propia persona del consultante, su ritmo de asimilación y de su contexto.
También del caso particular que se consulta, del tipo de servicio solicitado, además del grado de profundidad que se quiera alcanzar.
Así mismo, del compromiso y esfuerzo que asuma el consultante.
Porque aliviar un malestar puede llevar unos pocos meses pero hacer cambios profundos en la forma de ser, o analizar la biografía para conocerse mejor a uno mismo, requiere de mayor esfuerzo y tiempo, también, los beneficios que se obtienen son mayores y más duraderos.
Generalmente una psicoterapia psicoanalítica, puede durar entre 1 o 2 años a frecuencia semanal.
En realidad, la terapia analítica puede comenzar en cualquier momento en el que el consultante esté motivado, tenga disponibilidad y recursos.
Por ejemplo, porque haya conflictos o malestar, como forma de cuidarse y adquirir bienestar, por necesitar el apoyo de un psicoanalista, por sentirse más organizado, más creativo, simplemente porque se desea conocerse a uno mismo en mayor profundidad.
No es necesario estar enfermo para empezar una psicoterapia psicoanalítica.
El psicoanálisis sirve a personas de todas las edades, culturas, razas, géneros, sexualidades y orígenes.